Durante el 2021 China vivió una crisis energética sin precedentes. A pesar de ser uno de los mayores productores de carbón en el mundo, el país sufrió una fuerte crisis derivada de la escasez de este mineral e inició a racionar la energía provocando la suspensión de fábricas y en algunos casos el cierre total de éstas, lo que sin duda amenazó el crecimiento de su economía.
Los cortes de electricidad afectaron a muchos viviendas e industrias del país asiático, desde los centros de producción de Guangdong, Zhejiang y Jiangsu, hasta el cinturón industrial del noreste, Liaoning, Jilin y Heilongjiang.
Las reservas se rescatan
A raíz de esto, a finales del 2021 China completó la construcción de una gigantesca central de energía a base de carbón. Según la Central de Shanghaimiao, esta es una de las cuatro unidades de 1000 megavatios que funcionarán después de su periodo de prueba.
¿La producción de carbón seguirá creciendo?
Según un informe de la Agencia Internacional de Energía (AIE) la producción de carbón puede llegar a su máximo nivel durante este 2022, aumentando a 8.025 millones de toneladas, un nivel alto jamás visto que se pronostica se mantendrá así hasta el 2024.
Hay que tomar en cuenta que China representa más o menos la mitad de la producción mundial de carbón y con la demanda creciente tanto a nivel interno como externo, el país no dejará de producir al menos hasta que la crisis haya disminuido.
El auge industrial impulsó la demanda
El auge industrial impulsado por las exportaciones de este país y la crisis que se vivió, produjo un aumento de la demanda de energía, lo que llevo a las autoridades a ordenar extraer y quemar mucho más carbón para evitar una crisis energética extendida durante la temporada de invierno.
¿Y qué pasa a nivel mundial?
No solo China tuvo un aumento del uso de carbón, Estados Unidos y la Unión Europea también tuvieron el mayor aumento en el uso de este mineral con aproximadamente un 20% cada uno, seguido de India con un 12%. Esto debido también a la recuperación económica de la pandemia que está superando la capacidad de las fuentes de energía que no dependen del carbono para mantener el suministro.
Vemos como la generación de energía a través del carbón podría alcanzar un máximo histórico durante este 2022 y como las industrias han venido recuperándose a pesar de la crisis que se vivió a finales del 2021.
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