Desde la ya lejana Revolución Industrial desarrollada entre 1,740 y 1,840, contar con una fuente de energía ha sido una condición indispensable para la producción de bienes y servicios. Uno de los avances tecnológicos más importante en la historia, surgió en la calle Pearl Street, Nueva York, cuando en 1882 producto de la incansable búsqueda de fuentes de energía para satisfacer las ya crecientes necesidades de la sociedad, fue inaugurado el primer sistema de distribución de energía eléctrica, creación de Thomas Alva Edison.
A partir de ese momento arranca una carrera descomunal por llevar energía eléctrica a la mayor parte de la población, 140 años más tarde, según información publicada por el Banco Mundial, más del 91% de la humanidad tiene acceso a la energía eléctrica https://datos.bancomundial.org/indicator/EG.ELC.ACCS.ZS
La energía es un bien esencial en la actualidad
Para la sociedad moderna la energía eléctrica no solo se asocia a la producción, implica también bienestar y confort. Para la mayoría de nosotros sería imposible vivir en una civilización no electrificada, nos resulta irreal la idea de no contar con suministro de energía eléctrica en nuestros hogares y nos causa molestia un corte de electricidad por breve que sea. Hoy en día dependemos de este bien esencial llamado energía eléctrica.
El hecho de que el ser humando dependa tan fuertemente de la energía eléctrica representa un enorme reto para los estados, debido a que sin importar el modelo económico que prevalezca, el costo que implica generar, transportar y distribuir energía eléctrica a la mayor parte de la población, debe ser cubierto de una u otra forma.
¿Cómo funciona la generación de energía en Guatemala?
En Guatemala desde 1,996 la generación de energía eléctrica se realiza en condiciones de competencia y su transporte y distribución por ser monopolios naturales, se regulan fijándoles tarifas y condiciones de calidad. Las tarifas de energía eléctrica para los usuarios regulados (menores a 100 kW/mes) son emitidas por la Comisión Nacional de Energía Eléctrica –CNEE- que es un ente técnico que procura tarifas eficientes y económicamente adaptadas a las condiciones de nuestro país, para mayor detalle puedes visitar su página https://www.cnee.gob.gt/wp/que-es-la-cnee/
¿Qué es la ley de la Tarifa Social?
Al ser la energía eléctrica imprescindible para casi cualquier actividad que realiza la población y ante la escalada de los diferentes costos que conforman sus tarifas, en el 2000 entró en vigencia el decreto del Congreso de la República Número 96-2000 que contiene la Ley de la Tarifa Social para el Suministro de Energía Eléctrica, ley en la que se establece la obligación de subsidiar a cierto segmento de la población estratificado por su nivel de consumo de energía eléctrica. Inicialmente el subsidio se fijó para todos aquellos usuarios regulados con un consumo menor a 300 kWh-mes.
Un gran defecto que tiene la Ley de la Tarifa Social para el Suministro de Energía Eléctrica, es que dicta la obligación de subsidiar a un segmento de la población, pero no establece la fuente de financiamiento de este subsidio. Durante muchos años esta situación ha sido un gran dolor de cabeza para los funcionarios de turno, quienes la mayoría de veces han optado por sacar el dinero para el subsidio de las arcas del Instituto Nacional de Electrificación –INDE-. Práctica que ha sido muy negativa para el desarrollo de nuestro país, porque el INDE es una institución que puede jugar un papel muy importante al invertir generación renovable, transmisión o electrificación rural, actividades que no ha podido desarrollar plenamente al tener la carga financiera de aportar miles de millones de Quetzales para el subsidio de la Tarifa Social.
Hace unas semanas en los titulares de los diferentes medios de comunicación guatemaltecos, la noticia más destacada fue que el Congreso de la República aprobó una ley para dotar al INDE de 90 mil millones de Quetzales destinados a subsidiar la Tarifa Social para los usuarios con consumos menores a 100 kWh-mes.
Afortunadamente para el INDE esta gran cantidad de recursos no saldrán de sus arcas en esta oportunidad. El subsidio para la Tarifa Social ha sido un barril sin fondo y en el futuro cercano se requerirá de más dinero, volviéndose a presentar para los funcionarios nuevamente el dilema de cubrir el subsidio con fondos del presupuesto nacional provenientes de nuestros impuestos o bien, menoscabar las finanzas de una institución tan importante como el INDE.
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