La globalización nos impulsa a ser cada vez más competitivos, es por ello que garantizar el suministro de energía eléctrica, a un costo eficiente y con una calidad adecuada es vital para nuestro país, sobre todo hoy en día, cuando nuestros productos y servicios compiten con gigantes como China, India, Estados Unidos y Rusia.
Sumado a esto, el acceso a la tecnología está al alance de la mayoría de la población, lo cual implica que la sensibilidad de las cargas que conforman la demanda de energía eléctrica es mayor y se requiere energía eléctrica con una calidad superior.
No es un secreto que para que se pueda garantizar el suministro de energía eléctrica, a un costo eficiente y con una calidad adecuada, se requieren fuertes inversiones en infraestructura para generar, transportar y distribuir la energía eléctrica. Dichas inversiones se convierten en estratégicas para el crecimiento de un país en términos de competitividad y desarrollo humano; inversiones que pueden provenir del estado o de capitales privados.
México, por muchos años fue el estado que se encargó del desarrollo y funcionamiento del sector eléctrico a través de su empresa estatal CFE, empresa que integró verticalmente las actividades de generación, transmisión y distribución de energía eléctrica. El desarrollo que CFE propició para el sector eléctrico en México fue muy bueno, el porcentaje de electrificación del país llegó a 99.08% y aportó una capacidad instalada de alrededor de 45,000 MW mediante un parque de generación mayoritariamente térmico que consumen en un buen porcentaje de combustibles fósiles mexicanos.
Tal y como ocurrió en la mayoría de países latinoamericanos, pero con un retraso de algunos años, en el 2014 con la promulgación de la Ley de la Industria Eléctrica, se implementó la liberación del sector eléctrico en México. Con la reforma eléctrica se abrió la participación de capital privado en la generación y comercialización de electricidad; y se mantuvo bajo la tutela del estado la transmisión, la distribución y la operación del sistema eléctrico, por considerase actividades estratégicas.
La reforma eléctrica mexicana provocó que varias de las grandes compañías dedicadas al sector energético, pusieran sus ojos y apostaran a invertir en el mercado eléctrico mexicano, que después del de Brasil es el más grande de América Latina. Las inversiones no se hicieron esperar y múltiples proyectos de generación principalmente renovable, se desarrollaron en suelo mexicano. El mercado eléctrico de este país arrancó con una excelente perspectiva y se convirtió rápidamente en un importante mecanismo promotor de competencia, propiciando garantía en el suministro y un costo eficiente.
Guatemala, desde el 2010 cuenta con una interconexión eléctrica con México. Durante los primeros años de vida de la interconexión Guatemala-México, únicamente importamos energía mediante un contrato suscrito entre las empresas estatales CFE de México y el INDE de Guatemala. La reforma eléctrica mexicana provocó que en el 2014 cobrara vida el mercado eléctrico y que poco tiempo después, el 29 de octubre del 2016, ELECTRONOVA se convirtiera en el primer agente exportador de energía guatemalteca hacia México.
Hoy en día, más de 10 agentes guatemaltecos participan importando y exportando energía con agentes mexicanos en un ámbito de libre competencia. Durante el 2021, la energía que los agentes guatemaltecos importaron de México representó el 8.66% de la energía consumida en Guatemala durante el año, mejorando sin lugar a dudas la eficiencia de nuestro Precio Spot y disminuyendo en alguna medida el riesgo de déficit de suministro.
Una de las acciones que incluye la propuesta promovida por AMLO y su partido MORENA para derogar la reforma eléctrica mexicana, consiste en dar prioridad en el despacho de generación a las centrales generadoras de CFE sobre el resto, incluyendo a las renovables. Esto rompería el principio de despacho económico en el despacho de generación mexicano, con la consecuente merma en la eficiencia del costo de operación. En adición brindaría una posición dominante a la empresa estatal sobre los agentes privados, siendo esto una barrera importante en el crecimiento de la participación de empresas privadas en el mercado eléctrico mexicano.
Afortunadamente, la propuesta que derogaría la reforma eléctrica mexicana no fue aprobada por los diputados del congreso mexicano, ya que el pasado 18 abril con 275 votos a favor y 223 en contra, la propuesta no alcanzó el mínimo de votos necesarios para entrar en vigencia y el ambiente de mercado se mantendrá.
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